martes, 9 de diciembre de 2008

Una compañía de EE UU planea poner a la venta un vehículo muy especial, un platillo volante parecido en sus formas a los ovnis ovalados tan comunes en la ciencia ficción. Se trata de una especie de coche volador que de cumplirse los planes de sus productores podría adquirirse en unos meses por unos 60.000 euros.

Según informa la BBC , la empresa Moller pretende poner en el mercado 250 unidades de su modelo Skycar M200G. Un modelo capaz de despegar y aterrizar verticalmente, y que según la empresa puede alcanzar los 160 kilómetros por hora. Vuela a tres metros de altura, pues si llegase más alto se necesitaría un permiso de piloto.El vehículo tiene ocho motores que pueden funcionar con gasolina sin plomo, diesel e incluso etanol.

Ha realizado unos 200 vuelos de prueba y según sus creadores es ideal para su uso en tareas de rescate.Tecnológicamente el producto parece estar listo, pero antes de su comercialización deben solucionarse todavía algunos problemas con las licencias. Moller no tiene aún claro si debe obtener permiso de las autoridades de transporte o del organismo que regula la industria aeronáutica.

El M200G es la primera fase para el desarrollo de un vehículo más ambicioso, el M400, con el que Moller inentará una velocidad de crucero de 440 kilómetros por hora.

El 'platillo volador' es una solución a los atascos largamente anunciada por el doctor Paul Moller, el alma del proyecto. Los retrasos en el cumplimiento de sus promesasle han traído algún que otro problema con las autoridades de EE UU, que le acusaron de realizar falsas promesas a los inversores.

En 1997 prometió que cinco años después, en 2002, habría vendido 10.000 unidades de un platillo capaz de alcanzar los 400 kilómetros por hora, algo que nunca se materializó.


Científicos británicos desarrollaron un material que se incorpora a huesos rotos, con la capacidad de endurecerse en pocos minutos.

La sustancia, de consistencia parecida a la de la pasta de dientes, crea un recubrimiento biodegradable sobre el hueso que lo ayuda a regenerarse.

Los especialistas de la Universidad de Nottingham que lo crearon -al frente de quienes figura el profesor Kevin Shakesheff- sostienen que el material evitaría, en muchos casos, los injertos dolorosos de huesos.

Los expertos iniciaron las pruebas clínicas de la sustancia, un polímero, en el Reino Unido y se espera que pueda ser utilizada en Estados Unidos en los próximos 18 meses.

Sin operar

El llamado "hueso inyectable" ganó un prestigioso premio de innovación médica la semana pasada.
Shakesheff declaró que el polímero se inyecta fácilmente sin necesidad de incisión quirúrgica, al contrario de lo que ocurre con los injertos óseos, en los que se usa hueso del mismo cuerpo del paciente para reparar el daño.

El científico explicó que "no sólo (con la técnica actual) el paciente tiene que ser operado sino que además queda con un área dañada", lo cual se evitaría con el uso del nuevo material.

"Nosotros creemos que bastará insertar la aguja, llevarla al sitio deseado e inyectar el polímero", que es capaz de endurecerse en cuestión de minutos.

"Debido a que el material no se calienta, las células óseas a su alrededor sobreviven y pueden crecer", añadió Shakesheff.